jueves, 30 de enero de 2014

Golosinas de invierno.

Toda la semana ha sido ventosa y fría, desapacible. El cazador se ha pasado la mañana rebuscando por el prado, luchando contra el viento y a la espera de alguna víctima incauta, pero con aquellos aires no ha habido manera, así que cuando a media tarde las nubes escondieron la única chispa de ánimo que ofrecía el cielo, metió la cabeza entre los hombros y se arrinconó junto a un arbusto a dormitar con un ojo abierto. 
Golosinas: fringílidos varios. Candies: divers finchesEmpieza a morir el día cuando su ojo de guardia ve algo nuevo. Abre el otro, enfoca con pereza y su cuerpo se agita: el arbolito de enfrente, que el invierno esquiló hace ya unas lunas está cuajado de golosinas de todos los colores. Se adivinan dulces, jugosas, se le hace la boca agua. Calcula, evalúa cómo acercarse antes de que el milagro se desvanezca... no sería la primera vez que teniendo aquellos caramelos al alcance de la mano, desaparezcan en un suspiro. Elige una, calcula de nuevo, escucha al viento... y salta a por ella.

Cernícalo vulgar iniciando lance de caza. Kestrel starting huntingCernícalo vulgar iniciando lance de caza. Kestrel starting hunting











Águila calzada sobre gaviota reidora. Booted eagle on black-headed gullLos inviernos en esta llanura costera son muchísimo más moderados que unos kilómetros al interior - y no digamos la Europa continental-, así que se nos llena el campo de ratoneros, aguiluchos laguneros, peregrinos, calzadas. Los cernícalos que el resto del año abundan, en invierno son legión y aunque no puedan competir en potencia de vuelo y acrobacia con su primo el esmerejón, no es raro ver algún lance de caza a costa de los pequeños paseriformes. Los invertebrados, reptiles y anfibios escasean, así que probablemente estas golosinas salven la vida a más de una rapaz...

Halcón peregrino en escollera durante una jornada RAM.Peregrine Falcon on breakwater during a RAM census

Esta tarde he podido observar de buena mano a uno de estos cernícalos "de playa" intentando ganarse una y otra vez su golosina, al final no he podido verlo con claridad, pero creo que se ha llevado su premio. Estaba embobado con la escena, así que no hay foto de lance.

Por último, aprovecho para comentar que me he encontrado con un conocido de total confianza que me ha comentado que esta misma tarde han visto un escribano pigmeo (Emberiza pusilla) en la zona. Aunque la zona donde se movía estaba bastante definida, lo ha perdido y no ha sido capaz de reubicarlo... por supuesto yo tampoco, pero si alguien quiere probar suerte, ya sabe. La ubicación exacta ya ha sido publicada, pero yo no la daré aquí porque siento decirlo pero cuando estuvo el nival aquello parecía un circo; si algún aficionado lo desea, puede ponerse en contacto y le indicaré gustosamente lo que yo sé.

2 comentarios:

  1. A ver si fue la presa del cernicalo que no pudiste fotografiar...bueno, de haber sido así, se trataría de una golosinilla jaja.
    Es cierto, a veces da pampurrias acercarse a ver cualquier cita interesante por que el lugar está petado; has hecho bien con tu decisión. Personalmente con ciertas citas divulgadas, no siempre acudo, recurro a las visitas entre semana y a horas tempranas para evitar aglomeraciones.

    Cuando no consigas fotos de los lances, ya sabes, vive redactando la sensación del momento; algunos, todavía disfrutamos las historias de los observadores de naturaleza, no necesitamos fotos que atestigüen ciertas escenas.

    Saludos.

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