sábado, 28 de diciembre de 2013

¿Y éste?

Muy buenas. Esta mañana he salido temprano para probar una zona de anillamiento aquí al lado, junto a la marjal del Moro y si sale la mitad de bien de lo que creo, establecer una estación de anillamiento de esfuerzo constante e integrarla en alguno de los nuevos programas de anillamiento coordinados propuestos por SEO.
Y bueno, la estación se ha portado aceptablemente bien, pero los resultados han sido totalmente eclipsados por un supermegabombazo que ha caído al poco de abrir las redes, con las primeras luces del día antes de que el sol sobrepasase el horizonte:

A primera vista -en la red- he distinguido las bandas alares y me ha parecido un Phylloscopus inornatus, una especie que cría en Siberia y pasa el invierno en el SE de Asia pero de la cual todos los inviernos se "pierden" algunos ejemplares por nuestro país. Sin embargo, he tenido la suerte de observar alguna vez al mosquitero bilistado -que es su nombre común- y me ha parecido muy grande, de un verde muy luminoso que recuerda más bien a Ph sibilatrix y sobretodo al cogerlo, con una clara distinción de color en la cabeza, mucho más oscura.
Rápidamente me he acercado a la mesa y he puesto a echar humo a todas las guías que llevaba, monográfico de ibericus incluida...

...y tengo que admitir que ¡¡¡no sé qué es lo que he capturado!!!

Es un Phylloscopus, eso es evidente. Lo que no es nada evidente es la especie en concreto.
El diseño no cuadra con ninguna, esa cabeza tan claramente diferenciada en oscuro no cuadra ni se parece siquiera a ninguna especie de Phylloscopus. Si obviamos la cabeza y suponiendo que sea una aberración o mutación -en mi modesta opinión lo último a pensar pero inevitable en este caso- recuerda a Ph trochiloides por la forma de la lista superciliar alargada hacia arriba en el extremo posterior y por las bandas alares. Sin embargo, el tono es totalmente distinto, siendo throchiloides de un tono muy poco saturado y brillante. En este aspecto de color general a mí me ha recordado a Ph. sibilatrix.... pero ahí se acaba la similitud. En fin, obviando la cabeza, parece un diseño mezcla de varias especies... si tenemos en cuenta la cabeza ya es para volverse loco. 
Tampoco la fórmula alar nos dice nada. Ya a primera vista, de ala y cola largas, se aleja totalmente de de collybita, por poner de ejemplo a nuestro mosquitero más común.  La fórmula alar no corresponde a ninguna especie, se acerca por tamaño a schwarzii, borealis o trochiloides, pero habría que cuadrarla a martillazos para que cuadre en cualquiera de ellas (y dejando aparte que el color y diseño de estas especies se parecería lo que un huevo a una castaña):
Ala 65 
P1>p.c 4,5
P3 52
P4 51
P5 49
P6 48
P7 46,5
P8 46
P9 45,5
P10 45,5
Emarginación en P3, P4 y P5

Cola: 49,5
Tarso: 19,64
Pico a pluma: 9,50 Pico a cráneo 11,90

No tenía apenas grasa pero sí se hallaba físicamente fuerte, asignando códigos para grasa-músculo 1-2. Esta tarde pasaré de nuevo por la zona a ver si sigue por allí y consigo oír y grabar su canto y adjuntarlo al informe que enviaré esta noche al comité de rarezas.

Si alguien tiene alguna idea, ya sabe que es bien recibida.... si me dice la especie y me la documenta, tiene una botella de cava pagada. Y en cuanto averigüe algo, por supuesto lo aclaro.

Saludos y Feliz año, que queda poco!


Bueno, pues la solución está aquí:



Un rato de retoque convirtió a este Ph. collybita en una rareza única en el mundo ;)
Habéis sido muchos los que habéis entrado a verlo y unos cuántos me habéis contactado... pero solamente uno se atrevió a escribirlo en voz alta, malandrines.

Saludos y gracias por vuestra paciencia... Feliz 2014, que ahora el año sí agoniza de verdad y le queda poco más de 24 horas ;)




miércoles, 18 de diciembre de 2013

Carboncillo en la marjal

Cormorán grande (Phalacrocorax carbo) Great cormorant
Todo el año tenemos aves en blanco y negro en la marjal, pero es cuando llega el invierno cuando podemos pintar a todo color a buena parte de sus habitantes... con un simple carboncillo. Los cormoranes, que pasan el día en el mar buscándose las habichuelas, duermen en la marjal y podemos ver cientos en las primeras y últimas horas del día en formación de V. Aquí -y creo que en muchas más partes- les llaman cuervos marinos quizás por su dureza, pero desde luego y sobretodo por su plumaje negro

Garceta común (Egretta garzetta) Little Egret
Garceta grande (Casmerodius albus ) Great Egret Garza real (Ardea cinerea) Grey HeronPor cualquier rincón en los campos de arroz -ahora baldíos- y las lagunas más someras aparecen manchas blancas de garcetas comunes y sus primas las grandes, preparadas con su arpón. De todas ellas, la común suele ser la más activa y es fácil verla andar a la búsqueda, avanza y remueve el fondo, vibrando el fango con sus patas para provocar la huida de cualquier cosa que le haya pasado desapercibida. Y esa será su perdición, porque por encima le espera el verdugo con su arpón. La garceta grande sin embargo, es más "pasiva" porque aunque a veces avanza el línea recta peinando zonas, también gusta la emboscada en zonas muy someras y puede pasar horas inmóvil, a la espera de que algún incauto -sea pez, anfibio, cangrejo o cualquier cosa que sirva de comida o aperitivo- pase al alcance de su pico, que usa a modo de arpón. También las garzas reales, que salpican tímidamente la marjal y los arrozales el resto del año, son ahora legión y podemos ver alguna allá donde miremos, con su traje pintado de gris, de negro y de blanco. Otra temible arponeadora que suele cazar también a la espera, pero esta juega en otra liga y aunque no perdonará cangrejos o alevines, no es raro verla con un pez de proporciones imposibles ensartado en su pico.





Gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus) Black-headed Gull Focha común (Fulica atra) Eurasian Coot Igual que las reidoras, que forman bandas callejeras a la búsqueda de recursos: una acequia que se abre, un campo que baja el nivel y expone a los peces... allá donde haya una oportunidad de comer fácil, aparecerá de la nada la pandilla de reidoras. Solamente pico y patas se atreven a dar la nota de color, porque han dejado atrás su capuchón de chocolate y todo el plumaje está esbozado a carboncillo: el negro más profundo se difumina desde las puntas de las alas hasta el cuerpo de un blanco inmaculado.
Otro insigne de negro, la focha, anda ya emparejándose -parece mentira-. No es que haya más en invierno que en el resto del año, es verdad, pero llama la atención verlas paseando en pareja, con su traje de cura, cuando todo el mundo anda más que nada a la invernada.



Lavandera blanca (Motacilla alba) White Wagtail
Alcaudón meridional (Lanius meridionalis) Southern grey ShrikeTambién entre los pequeñajos abunda el carboncillo: tanto por explanadas y caminos de marjal, como por los parques, solares y calles de las ciudades, andan las lavanderas blancas, nada que ver con sus primas de verano las boyeras, éstas van vestidas muy formales y sobrias con toda la gama de grises. Pajarita de las nieves, aguzanieves... les llaman en algunos sitios.
Y en postes, cables y arbolillos, esperan los guardianes de uniforme gris, pequeños pero temibles depredadores, casi rapaces infiltrados entre los paseriformes: los alcaudones reales
Mañana, si tengo tiempo, me acercaré a la marjal con papel y carboncillo.


jueves, 5 de diciembre de 2013

Llega el frío

Agachadiza común (Gallinago gallinago) Snipe
Correlimos menudo (Calidirs minuta) Little Stint
Hace ya unas 3 semanas que llegó y parece que se queda instalado, ha llegado el frío. Aquí, en la costa, son pocos los días del año en que el termómetro baja de 0ºC. Pero sin ir más lejos, en la charca, apenas 5 km. al interior, es normal que en las horas frías bajemos de cero. Y claro, ya llegan "los del frío".
Las bandadas de cormoranes empiezan a ser una estampa constante en el cielo y los laguneros que nos abandonan en primavera campan a sus anchas. Incluso es fácil ver ya por aquí y allá, pero siempre cerca de las marjales y praderas húmedas, al avefría -en el nombre está todo dicho-. Las agachadizas comunes son legión, aunque no tanto como las cercetas comunes. Y los limícolas que deciden pasar otoño e invierno con nosotros nos muestran sus galas de invierno, casi siempre una versión gris, plomiza y apagada del plumaje estival, a imagen y semejanza de lo que pasa en el cielo.

Gaviota sombría (Larus fuscus) Lesser Black-backed Gull
Pechiazul (Luscinia svecica) Bluethroat
Incluso las gaviotas parecen oscurecer, pero no, no oscurecen: es que han llegado en multitud las gaviotas sombrías. Si buscamos una atalaya que se adentre en el mar, como Cullera, ya no es difícil ver negrones y pardelas -aunque este año éstas no abundan-. En los campos vemos cantidad de pinzones y los fringílidos más locales, como los verdecillos, se juntan en grandes grupos e incluso mezclan con sus primos los gorriones molineros a la búsqueda de alimento. Las lavanderas boyeras nos han dejado pero seguimos viendo pinceladas amarillas en acequias y corrientes de agua: sus primas las cascadeñas. También las lavanderas blancas abundan allá donde miremos. 
Por supuesto no iban a ser menos los bisbitas pratenses entre los cuales se cuela algún que otro alpino: también eligen nuestras tierras para esquivar el frío invierno europeo. Por los pasillos bajo la vegetación o más cómodamente en alguna atalaya pegada al carrizo es fácil ver al pechiazul, muchas veces tan impasible que parece incluso desafiarnos. 

Bisbita pratense (Anthus pratensis) Meadow PipitLavandera blanca (Motacilla alba) White Wagtail


Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) Black Redstart




Pero no hace falta salir al campo a buscar a "los del frío", si alzamos la vista en las afueras de pueblos y ciudades, sobretodo al atardecer,  podemos ver las grandes bandadas de estorninos dibujando figuras en el cielo. E incluso sin alzarla, abundan por los jardines, rebuscando entre la hierba junto a las lavanderas blancas y los colirrojos tizones. Y si además hay setos y arbolitos, ahí estará el petirrojo vacilando al personal, sacando pecho e imponiendo, que si el pechiazul es el chulo de la marjal, éste es el más chulo del barrio. Lo que está claro es que es tiempo de carestía, todo el mundo anda afanado en busca de la comida que les permitirá pasar el invierno.

Y a la hora de reposar en las frías noches, no hay nada como convertirse en bola de plumón:
Buitrón (Cisticola juncidis) Zitting Cisticola